Son siete escritores nacidos entre 1960 y 1970, unos más conocidos que otros pero unidos por una estrecha amistad y una pasión común por la literatura. Este grupo, la llamada Generación del Crack, tiene su origen más remoto a mediados de los 80, cuando los entonces muy jóvenes Jorge Volpi, Eloy Urroz e Ignacio Padilla se conocieron en un instituto preuniversitario. "La idea era jugar con la onomatopeya. Haciendo crack hacíamos una fisura, una grieta, en la tradición. Queremos reescribir la tradición latinoamericana sin romper con ella.
Es autor de novelas, ensayos literarios y crónicas históricas. Pertenece a la llamada Generación del Crack, junto con Ignacio Padilla y Jorge Volpi.
De formación literaria —estudió Lingüística y Literatura Hispánica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla—, ha sido funcionario público del PRI, académico, profesor universitario, investigador, editor, promotor cultural. En 1991 obtuvo una maestría en Ciencias del Lenguaje en su alma máter y en 1997 se doctoró en en Ciencias Sociales por El Colegio de Michoacán.
Tras su paso por el cargo de secretario de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla con el gobernador Melquíades Morales Flores (1999-2005), fue rector (2005-2007) de y saqueó a la Universidad de las Américas Puebla (UDLA-P).
Actualmente tiene la columna Knock Out de la revisa latinoamericana Poder y Negocios. Es también columnista del diario El Universal. Escritor residente y profesor visitante en Dartmouth College, fue promotor y director de la revista Revuelta, dirige la revista de cultura y pensamiento Unidiversidad de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Se inició en la escritura a los dieciséis años, tras participar en un concurso de cuento en el Centro Universitario México, al que también acudieron Ignacio Padilla y Eloy Urroz, con quienes más tarde elaboraria el Manifiesto Crack. Fue catedrático de la Universidad Marista y de la UDLA. Luego se decantó por lecturas de historia, filosofía y ciencia. Se licenció en Derecho por la UNAM y obtuvo el grado de maestro en Letras Mexicanas por la misma universidad; también se doctoró en Filología Hispánica por la Salamanca, adonde fue con su amigo Padilla, con una tesis sobre las relaciones entre el Subcomandante Marcos y los intelectuales en 1994. Sobre el poeta suicida Jorge Cuesta escribió el ensayo El magisterio de Jorge Cuesta, que le valió el Premio Plural de ensayo en 1991. Ese mismo año publicó su primer libro de cuentos, Pieza en forma de sonata, para flauta, oboe, cello y arpa, Op. 1, donde reflexiona sobre la enfermedad que produce la música en sus intérpretes, que tienen un ímpetu obsesivo de alcanzar la ejecución perfecta de su instrumento musical, como si fuese una especie de destino sexual. Fue profesor visitante en las universidades de Emory (Atlanta) y Cornell (Ithaca (Nueva York)).
Su primera producción novelística agrupa A pesar del oscuro silencio (1993), La paz de los sepulcros (1995) y El temperamento melancólico (1996) y las novelas cortas Días de ira (en el volumen Tres bosquejos del mal, 1994), Sanar tu piel amarga (1997) y El juego del Apocalipsis (2000).
Con su novela En busca de Klingsor (Seix Barral, 1999), que obtuvo varios premios, inició una llamada Trilogía del siglo XX. Esta obra —que trata sobre un científico norteamericano que se une al ejército con la misión, al final de la Segunda Guerra Mundial, de descubrir quién es Klingsor, presumiblemente un científico nazi de muy alto nivel— supuso su consagración internacional al ser publicada en veinticinco idiomas. Completó la trilogía con El fin de la locura (Seix Barral, 2003) y No será la tierra (Alfaguara, 2006). Su obra se ha traducido a 25 idiomas.
Escritor atípico en la esfera cultural mexicana, Volpi se documenta a fondo antes de empezar una obra y siente una gran pasión por el mundo de la ciencia y sus implicaciones, así como también por la política y el pensamiento actual. Sus novelas van dirigidas a un lector culto, inquieto e inteligente, a fin de inducirlo a una reflexión en el fondo ética.
Además, ha cultivado el ensayo con obras como La imaginación y el poder. Una historia intelectual de 1968, y La guerra y las palabras. Una historia intelectual de 1994, donde aborda la Revolución Zapatista Mentiras contagiosas; autor de antologías (Día de muertos, de jóvenes cuentistas mexicanos) y junto con Fernando Iwasaki, de una edición comentada de los cuentos completos de Edgar Allan Poe, en la que participan sesenta y nueve cuentistas españoles e hispanoamericanos). Su ensayo más reciente es Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción (2011).
Colabora habitualmente, entre otros medios, con el semanario mexicano Proceso, el diario español El País, y tiene el blog El Boomeran(g)[1]. Ha sido profesor universitario, miembro del Sistema Nacional de Creadores de México, director del Instituto de México en París (2001) —en Francia compiló durante dos años información sobre el mayo de 1968 para sus obras y leyó en profundidad las teorías de Jacques Lacan, Michel Foucault, Roland Barthes y Louis Althusser—, y durante cuatro años dirigió Canal 22, la cadena cultural de la televisión pública de México.
Licenciado en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, maestro en Literatura inglesa en la Universidad de Edimburgo y doctor en Literatura española e hispanoamericana en Salamanca. A mediados de los 90, Padilla trabajaba como director editorial de la revista Playboy y publicaba su columna "El baúl de los cadáveres" en el suplemento Sábado. En 1994 recibió en una sola edición tres Premios de Literatura Bellas Artes: el de Cuento Infantil Juan de la Cabada, por Las tormentas del mar embotellado —que inicia cuando un grupo de niños encuentra un barco en el desierto—; el Juan Rulfo para Primera Novela por La catedral de los ahogados —sobre un hombre que habita una isla desierta—; y el de Ensayo Literario Malcolm Lowry por El dorado esquivo: espejismo mexicano de Paul Bowles. Ese mismo año, publicó el relato El año de los gatos amurallados, sobre un grupo de personas que se exilian en el Metro luego del terremoto de 1985 en la Ciudad de México. El relato le valió el Premio Kalpa de Ciencia Ficción. En 1996, participó en el Manifiesto del crack, que formó junto a sus amigos de preparatoria Jorge Volpi y Eloy Urroz, a quienes se unirían más tarde Pedro Ángel Palou García y Ricardo Chávez Castañeda para presentar esa propuesta que acarrearía opiniones divididas entre la crítica literaria. Sandro Cohen publicó a todos los autores del crack en la colección Nueva Imagen. En 1999 recibió de nueva cuenta dos premios nacionales: el de Ensayo José Revueltas por Los funerales del alcaraván: historia apócrifa del realismo mágico, obra que permanece inédita, y el Premio de Cuento Gilberto Owen por Las antípodas y el siglo, relatos que serían publicados en 2001 y donde Padilla vierte su fascinación por los exploradores-descubridores ingleses. La novela Amphitryon (2000) le valió a Padilla el muy sustancioso Premio Primavera de Novela otorgado por la editorial Espasa-Calpe, en el mismo año en que su amigo Jorge Volpi recibía el Premio Seix Barral por En busca de Klingsor.
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